El expresidente Donald Trump y sus dos hijos mayores se encuentran en el centro de un juicio por fraude fiscal en Nueva York, acusados de inflar fraudulentamente el valor de sus propiedades. En la jornada final del juicio, el juez Arthur Engoron negó a Trump la oportunidad de defenderse en persona, evitando así que convirtiera el tribunal en una plataforma para un «discurso de campaña».
El equipo legal de Trump presenta sus alegatos finales este jueves, luego de que el juez instruyera que los argumentos se ciñeran exclusivamente al caso y no se utilizaran con fines políticos. El ambiente judicial se vio alterado cuando la policía intervino por una alerta de bomba en la residencia del juez en Long Island, que resultó ser una falsa alarma.
La fiscal general de Nueva York, Letitia James, busca una indemnización de 370 millones de dólares y la prohibición de que Trump realice negocios en el estado. A pesar de las numerosas acusaciones en su contra, Trump lidera las encuestas para convertirse en el candidato republicano en las elecciones de noviembre.
Trump ha denunciado el juicio como una «caza de brujas» y una «interferencia política». En las redes sociales, ha reiterado su inocencia y ha tildado a la fiscal James de «totalmente corrupta». Sus abogados sostienen que no hubo fraude y argumentan que las valoraciones inmobiliarias son subjetivas.
Aunque se espera que el juez determine la cantidad a pagar, dado que es un proceso civil, ni Trump ni sus coacusados enfrentarán pena de cárcel. Mientras tanto, el expresidente tiene pendientes otros frentes legales, incluyendo acusaciones en Washington y Florida por intentar anular los resultados de las elecciones de 2020, así como cargos de crimen organizado en Georgia y una apelación en la Corte Suprema relacionada con su participación en los disturbios del Capitolio en 2021.