La crisis del fentanilo se ha convertido en una prioridad en el gobierno federal, donde la administración Biden insta al Congreso a aprobar un proyecto de ley destinado a abordar el tráfico de fentanilo en Estados Unidos.
La tasa de muertes por sobredosis que involucran al opioide sintético fentanilo en EE. UU. casi se cuadruplicó entre 2016 y 2021, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
El fentanilo, introducido legalmente en los años 60 en EE. UU., bloquea las señales de dolor en el cerebro del paciente y se utiliza para tratar dolores severos, generalmente después de cirugías o en etapas avanzadas de cáncer.
La potencia extrema del fentanilo, hasta 50 veces más fuerte que la heroína y hasta 100 veces más potente que la morfina, significa que se necesitan dosis muy pequeñas para sentir sus efectos. Legalmente, puede administrarse como inyección, parche o pastilla.
La forma ilegal de fentanilo en EE. UU. proviene principalmente de cárteles de drogas en México, según el Wall Street Journal. Suele venderse como polvo, en papel secante o en goteros nasales, e incluso puede presentarse en pastillas que simulan otras drogas.
Los traficantes suelen mezclar fentanilo con otras drogas como cocaína, heroína, metanfetamina y MDMA porque se necesita muy poco para aumentar la euforia. La potencia del fentanilo aumenta el riesgo de sobredosis, ya que una persona puede tomar sin saberlo el opioide más fuerte o una dosis mayor de lo que su cuerpo puede manejar. Tan solo dos miligramos pueden ser letales.
El país está inundado de fentanilo producido ilegalmente. El año pasado, la Administración para el Control de Drogas (DEA) incautó suficiente fentanilo para matar a todos los estadounidenses.
Una sobredosis de fentanilo puede tener efectos en minutos, incluyendo somnolencia, pérdida de conciencia y, lo más peligroso, la disminución o cese de la respiración. La resucitación de la respiración es la prioridad al tratar a alguien que ha sufrido una sobredosis.
Naloxona, conocida como Narcan, se une a los receptores opioides en el cuerpo, bloqueando los efectos de otros opioides como el fentanilo. Puede administrarse como inyección o aerosol nasal y puede restablecer rápidamente la respiración en alguien que está sufriendo una sobredosis. Sin embargo, opioides más potentes pueden requerir múltiples dosis de naloxona para ser contrarrestados, según los NIH.
Para complementar esta información, fuentes como los CDC, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), y publicaciones académicas como el New England Journal of Medicine ofrecen análisis detallados sobre la crisis del fentanilo, sus efectos y las estrategias de tratamiento.
El tratamiento de la adicción al fentanilo y las sobredosis suele implicar un enfoque multifacético que abarca tanto la intervención médica inmediata como la atención a largo plazo para la recuperación.
- Atención de emergencia: En caso de una sobredosis de fentanilo, la administración rápida de naloxona (Narcan) es crucial para revertir los efectos opioides y restablecer la respiración. La atención médica de emergencia también es vital para garantizar una supervisión adecuada y abordar cualquier otra complicación médica.
- Tratamiento médico a largo plazo: Después de la atención de emergencia, el tratamiento continuo puede incluir programas de desintoxicación en entornos médicos controlados para eliminar el fentanilo del sistema del paciente de manera segura. Además, la terapia de reemplazo de opioides con medicamentos como la metadona o la buprenorfina puede ayudar a reducir los síntomas de abstinencia y los impulsos de consumo.
- Terapia y apoyo psicológico: La terapia cognitivo-conductual y otros enfoques de terapia individual o grupal pueden ser fundamentales para abordar los factores subyacentes que contribuyen a la adicción al fentanilo. El apoyo emocional y psicológico, tanto para los pacientes como para sus familias, es esencial para la recuperación a largo plazo.
- Programas de prevención de recaídas: Estos programas brindan herramientas y estrategias para ayudar a las personas a evitar recaer en el uso de fentanilo. Incluyen educación sobre manejo del estrés, identificación de desencadenantes de consumo y desarrollo de habilidades de afrontamiento saludables.
- Apoyo comunitario y de pares: La participación en grupos de apoyo y programas de recuperación basados en la comunidad, como Narcóticos Anónimos (NA) o grupos de apoyo específicos para adicciones a opiáceos, puede ser invaluable. El respaldo de individuos que han superado adicciones similares puede brindar esperanza, orientación y motivación.
Estos enfoques combinados, adaptados a las necesidades individuales, forman parte de un plan integral para tratar la adicción al fentanilo y ayudar a los individuos a recuperar su salud y bienestar. Es importante buscar ayuda profesional y seguir un enfoque individualizado para el tratamiento de la adicción al fentanilo.