La noche del viernes, la policía ecuatoriana irrumpió en la embajada de México en Quito para detener al exvicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, quien había buscado refugio allí. Esta acción fue condenada por México como una violación flagrante de la soberanía del país. El incidente ha llevado a México a romper sus relaciones diplomáticas con Ecuador, aumentando las ya tensas relaciones entre ambas naciones.
Glas, condenado por corrupción, se había refugiado en la embajada de México en Quito desde diciembre, donde recibió asilo político. Sin embargo, las autoridades ecuatorianas llevaron a cabo su detención, alegando abuso por parte de México de las inmunidades diplomáticas concedidas.
Las imágenes mostraron el caos en la embajada, con agentes de policía y personal diplomático involucrados en enfrentamientos físicos. México denunció la violencia y las lesiones sufridas por su personal en el incidente.
Este enfrentamiento se produce después de meses de tensiones entre los dos países, exacerbadas por declaraciones recientes del presidente de México cuestionando la legitimidad de las elecciones en Ecuador. Ecuador había declarado anteriormente a la embajadora mexicana como «persona non grata». La concesión de asilo a Glas por parte de México también exacerbó las tensiones.
México anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con Ecuador y ordenó que sus diplomáticos abandonaran el país. Además, presentarán un recurso ante la Corte Internacional de Justicia.
Glas, exvicepresidente durante el mandato de Rafael Correa, fue condenado por corrupción relacionada con la empresa Odebrecht. Este episodio marca un nuevo capítulo en la tumultuosa historia política y diplomática entre Ecuador y México.