Javier Milei logra una contundente victoria ante Massa y da un vuelco a la política de Argentina con sus propuestas libertarias y radicales.
Economista y amante de los perros, Milei, de 53 años, sacudió Argentina con propuestas radicales como dolarizar la economía, privatizar las empresas públicas del Estado y cerrar (“dinamitar”, en sus propias palabras) el Banco Central. (Es el primer economista en ser presidente del país.)
“Hoy comienza la reconstrucción de la Argentina”, expresó Javier Milei ante una militancia exultante en el inicio de su primer discurso como presidente electo. “Es una noche histórica para nuestro país, empieza el fin de la decadencia para dar vuelta la página y retomar el camino que nunca deberíamos haber perdido”, agregó.
Fue el más votado en las primarias de agosto y algunos incluso anticipaban que podría ganar en primera vuelta. No lo logró pero obtuvo este domingo un triunfo incontestable.
Durante su campaña lanzó ideas controvertidas como la de permitir el porte de armas en Argentina y la venta de órganos, y criticó la educación y salud pública.
Tras años de dificultades económicas y en medio de una crisis con una inflación de casi el 140%, el desencanto de muchos argentinos con los partidos tradicionales llevó al triunfo este domingo del recién llegado a la política, que triunfó con propuestas disruptivas en el plano económico así como su estilo agresivo y declaraciones polémicas.
El primero en reconocer el resultado fue el propio candidato peronista Sergio Massa, quien antes de que comenzaran a difundirse los primeros resultados oficiales del balotaje presidencial en la Argentina, reconoció su derrota y felicitó por el triunfo al economista libertario Javier Milei.
Milei ha sido comparado con otros políticos de extrema derecha como el expresidente de Estados Unidos Donald Trump y el de Brasil Jair Bolsonaro.
Milei buscará llevar hacia delante sus propuestas, pero no lo tendrá fácil ya que no dispone de mayoría en el Congreso, tiene a los gremios y los movimientos sociales en contra y hay una fractura social con una parte del país que teme el salto al vacío que supone por lo novedoso.