Nayib Bukele, el presidente milénial que ha sacudido a El Salvador con medidas en contra de las pandillas y cambios en las libertades civiles, ha obtenido una victoria contundente en las elecciones del domingo. Este resultado podría consolidar su control sobre todas las esferas del gobierno durante años.
A pesar de que los resultados oficiales aún no se han publicado, las encuestas sugerían que Bukele ganaría por un margen considerable. Esto indicaba que los votantes probablemente le otorgarían un segundo mandato de cinco años y ampliarían la mayoría de su partido en la legislatura.
Durante la noche del domingo, Bukele pronunció un discurso ante miles de seguidores en la plaza central de San Salvador, proclamando haber obtenido más del 85% de los votos y asegurando que su partido, Nuevas Ideas, dominaría la Asamblea Legislativa. Esto desestimó las preocupaciones sobre supuestas prácticas represivas y el deterioro de las normas democráticas bajo su mandato.
Aunque hubo problemas con el registro del recuento de votos que retrasaron la publicación de los resultados preliminares, se estima que Bukele obtuvo el 83% de los votos con el 70% de las actas procesadas.
La decisión de Bukele de buscar la reelección ha generado controversia, con críticos que argumentan que violó una prohibición constitucional. Sin embargo, los votantes lo respaldaron ampliamente.
Desde que impuso un estado de excepción en 2022, el gobierno de Bukele ha adoptado medidas drásticas contra las pandillas, lo que ha llevado a miles de arrestos y ha reducido significativamente la violencia en el país.
Aunque algunos expresan preocupaciones sobre la erosión de la democracia y los derechos humanos, Bukele cuenta con un sólido apoyo, especialmente entre aquellos que han experimentado una mejora en la seguridad y la estabilidad bajo su gobierno.
La victoria de Bukele en las elecciones de El Salvador podría tener repercusiones regionales, con políticos de otros países expresando interés en emular su enfoque. Aunque su liderazgo ha sido cuestionado, su popularidad sigue siendo sólida tanto en el país como en el extranjero.